sábado, 23 de octubre de 2021

Unidad en el interior - unidad en el exterior

 

    La soledad no es buena.

    El miedo, la desconfianza y el qué dirán produce soledad física, pero muchas veces la soledad se produce aunque tengamos personas a nuestro alrededor. 

    El aislamiento lo produce la falta de comunión con el otro, con los otros, pero si hay muchos con miedos... ¿Con quien te comunicas? ¿Dónde está la barrera en la comunicación?



    Los sistemas de referencia distintos provocan como un lenguaje extranjero, el interés por ciertas cosas que no coincide con el otro o los otros provoca una torre de Babel donde nadie se entiende aunque se asiente con la cabeza en señal de afirmación. 

    Las orejeras inducen al camino recto del que no se puede producir el desvío porque buscamos. Al buscar algo concreto se desdibuja lo que está fuera de la vereda, se desenfoca lo que está fuera del objetivo. 

    La vereda que hemos hecho o han hecho otros, nos hacen fijar la atención en ella, y con temor a perdernos nos mantenemos dentro con el mayor de los empeños, pero lo que queda a los lados nos lo perdemos. 

    La vereda da seguridad y la seguridad mata la novedad, desdibuja lo nuevo y solo ves el espacio hoyado por los pies de los otros que tienen el mismo color. 

    El inmenso bosque tiene multitud de veredas de distintos colores que nunca se juntan, aunque a veces se encuentren durante un trecho en paralelo; una sonrisa, un buenos días, o una maldad que dura más o menos, jugar a la comba o criticar a fulanito o fulanita, a veces parece que amamos... 

    Si fuera capaz de aventurarme por el bosque sin veredas, sin apoyos... tendría incertidumbre, la incertidumbre me haría abrir mucho los ojos, ya no tendría la mirada fija en el piso de la vereda. 

    La atención me trae hojas, flores, peligros atendidos, mentiras, luces, colores, brisa... 

    Me siento vivo, no retengo nada, nada tengo que defender ni esconder de los mil ladrones, ya los amé a "ellos", a los mil ladrones, desde entonces no me roban, no me obligan a trabajar a sus órdenes. 

    Los miré a la cara, a los ojos, profundamente, de forma penetrante y mantenida. Se fueron desdibujando.

    Habiendo intentado "ellos" engatusarme ofreciéndome sexo, medallas, honores, dinero y mil artimañas con las que pretendían comprarme, cantos de sirenas que maliciosamente me atraían en dirección a las húmedas rocas, donde en plena tormenta se destruyera mi barco.  

    Todo para  que apartara mi mirada de "ellos", del "it". 

    Sí, ya sé que no estoy hablando de la autofagia, pero nos interesa todo lo que sea limpiar.

    A propósito que el ayuno también limpia el músculo y lo mantiene en eficacia.

    ¿Sabéis que en el cerebro se han descubierto células madres que pueden producir neuronas nuevas por lo menos hasta los 90 años? Hay quien se va a alegrar mucho de esto último, pues algunos parece que las han perdido todas. (Yo también me alegro)

    Felicidades y buenas tardes. 

Juan Francisco Carbonell del Pino

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