El estudio Predimed, financiado con
fondos públicos del Instituto Carlos III, es uno de los mayores estudios
realizados en España y Europa, en el que han participado 7.447 voluntarios
de ambos sexos con edades comprendidas entre 55 y 88 años, durante 5 años, y con algún riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares, como fumar, tener alto el colesterol o la presión arterial, y
tener exceso de peso. En el estudio han participado 19 grupos científicos
españoles.
Un
programa informático distribuyó a los participantes de forma aleatoria en tres
grupos: dieta mediterránea con aceite de oliva o con frutos secos y dieta baja
en grasas, con exclusión también de las vegetales. A los participantes se les
hacían seguimientos periódicos para controlar que comían adecuadamente y controlaban
el consumo de carnes rojas. Además se controlaba mediante biomarcadores
que realmente seguían la dieta a la que se les había asignado. El estudio
también demuestra que una intervención nutricional adecuada logra cambiar los
hábitos ya bien establecidos en personas que tienen entre 50 y 80 años.
El estudio Predimed, presentado el 27/02/2013, en el
Instituto de Salud Carlos III,
” cambiará la política nutricional a nivel global”,
dice Felipe Casanueva, director científico del Centro de Investigación Biomédica
en Red-Fisiología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn).
El pasado
25 de febrero “The New England Journal of Medicine” adelantaba los
espectaculares y convincentes resultados de este trabajo respecto a la
prevención de la enfermedad cardiovascular y cerebrovascular que aparecieron
posteriormente en la edición impresa del pasado 4 de abril.
Una de sus
conclusiones principales es que es más importante la totalidad del patrón
alimentario mediterráneo que cada componente por separado. La dieta
mediterránea empleada ha consistido en el uso abundante de aceite de oliva
virgen, frutos secos, verduras, frutas, legumbres y pescado. Se debe reducir en
cambio el consumo de carnes rojas y procesadas, bebidas azucaradas, bollería
industrial, postres dulces y mantequilla. Se admite un moderado consumo de
alcohol en forma de vino con las comidas. Con este patrón se ha logrado reducir
en un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular comparativamente a un grupo
control.
Hay indicios además de que esta dieta mediterránea puede ser
útil para la prevención de la diabetes, la obesidad abdominal y otras
patologías.
En definitiva,
el Profesor Martinez destacó que somos lo que comemos, y que pocas cosas
son tan importantes en la vida como cuidar lo que elegimos para llevar una
alimentación saludable.
La
dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen o frutos secos como
las nueces, avellanas y almendras, es más eficaz que las dietas bajas en grasas
de todo tipo recomendadas para prevenir patologías cardiovasculares. Esta es la
principal conclusión del estudio español “Prevención con Dieta Mediterránea”, Predimed, que recoge el “New
England Journal of Medicine”, una de las publicaciones más
prestigiosas entre los médicos.
Los
resultados de un estudio así tienen alto valor de evidencia científica y nunca hasta
ahora se había hecho de esta forma”, resalta el doctor Emilio Ros, de la
unidad de Lípidos del Hospital Clinic de Barcelona, que dirigió la intervención
nutricional del estudio a través de listas de compra, recetas y menús
facilitados a los participantes.
El
objetivo era valorar el efecto de la dieta mediterránea en la prevención
primaria de las enfermedades cardiovasculares,
Su coordinador, el doctor Estruch. Los resultados de este
ambicioso estudio, según Estruch, “han permitido crear una base de datos que
será un patrimonio esencial para la investigación en nutrición en España
durante, al menos, los próximos veinte años. Su relevancia ha traspasado
fronteras y ha suscitado un gran interés en todo el mundo”.
El
objetivo de predimed era averiguar el efecto de la intervención nutricional en
la prevención de los eventos cardiovasculares, explica el doctor Ros.
“Estadísticamente se observa que el cambio más importante para reducir los
factores de riesgo es el que proporciona dieta mediterránea con aceite de oliva
y frutos secos”. Aunque no se conocen con precisión los mecanismos por los que
las grasas vegetales tienen este efecto sobre la salud cardiovascular, se
apunta al poder saciante del aceite de oliva y los frutos secos, como explica
el doctor Ros: “Las grasas vegetales sacian y se come menos. El 76% de la
energía que aportan los frutos secos se compensa dejando de comer otros
alimentos. Y una parte del aceite que contienen no se absorbe, sino que se
pierde con los restos de frutos secos a su paso por el intestino. El aceite de
oliva también tiene esa capacidad de saciar”. De ahí que a partir de ahora, las
recomendaciones clínicas deberían cambiar, resalta Ros: “Ya que la grasa de
origen vegetal, ni engorda, ni es mala para la salud. Es beneficiosa si su
origen está en alimentos como el aceite de oliva virgen y los frutos secos, que
contienen muchos polifenoles, que son antioxidantes naturales”.
Tanto
Ros como Estruch resaltan el hecho de que la mitad de los participantes en
el estudio tenía un IMC (Índice Masa Corporal) de 30 que marca el inicio de la
obesidad y a pesar de ello no ganaron peso al seguir la dieta mediterránea
suplementada con grasa vegetal. Es más, algunos incluso redujeron el perímetro
de la cintura, que se considera un buen predictor de riesgo cardiovascular.
“Consumir aceite de oliva virgen y frutos secos no nos va a subir el
colesterol, sino que puede contribuir a reducirlo. Esperemos que a partir
de la discusión de los resultados de este estudio cambien las recomendaciones y
el enfoque de dietistas y médicos”, incide Ros. Le mejor forma de consumo de
los frutos secos, según el doctor Estruch es en ensalada, “y no por la noche,
mientras vemos la televisión”, ya que perdemos el control de lo que ingerimos,
especificó.
Predimed
ha mostrado que una dieta mediterránea en la que se consumen 50 gramos de
aceite de oliva al día, el equivalente a unas 4 cucharas soperas, o 30 gramos
de frutos secos, reduce el riesgo cardiovascular en un 30% en comparación con
otra baja en grasa.
Un
efecto que no logran alcanzar muchos fármacos utilizados para controlar
las patologías cardiovasulares y que fue tan significativo que el ensayo tuvo
que concluir antes de su finalización, por entender el comité de seguimiento de
datos y seguridad (DSMB) que el grupo control, que no seguía la dieta
mediterránea, y a los que expresamente se les desaconsejaba el uso de aceite
oliva y frutos secos, estaba en desventaja para su salud, según explicó el
doctor Ramón Estruch, del estudio Predimed.
Segunda
fase en marcha
Según explicó
Estruch, ya está en marcha una segunda fase de Predimed, en la que se estudiará
el efecto de la dieta mediterránea hipocalórica sobre la obesidad. Además, se
analizará el efecto añadido de la terapia conductual e intervención en la actividad
física para ayudar a reducir el peso y ver si a largo plazo se reducen las
complicaciones cardiovasculares y la aparición de cáncer.
25 de Febrero de 2014.-
Un año después de publicarse en el New England Journal of Medicine, las principales conclusiones del Estudio PREDIMED (Efectos de la dieta
mediterránea en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular), éste
sigue arrojando nuevos datos de relevancia como que el aceite de oliva extra
virgen. reduce hasta un 66% el riesgo de problemas circulatorios en
extremidades.
http://www.isciii.es/ISCIII/busqueda.jsp