miércoles, 25 de junio de 2014

La salud depende de multitud de factores

Después de años de orientación vegetariana, o como lo llamé después, Naturología Humanista, he podido comprobar como las personas pueden llegar a transformarse según sea su estilo de vida.

Te cuesta hacer comprender que no estás aplicando ningún tipo de medicina, que es el propio cuerpo el que se cura solo, el único que sabe hacerlo, pues la maravilla de formar todo un organismo a partir de dos células, lo hace él solito. El milagro de ver nacer a tu hijo es una experiencia maravillosa, ¿cómo se ha formado? tardas tiempo en asumirlo, pero allí está. Como crece y se desarrolla. La inteligencia trata de entender como lo hace, pero aún estamos muy lejos de comprender todos los fenómenos de la vida. 

"Natura medicatrix" la naturaleza cura, frase atribuida al médico griego Hipócrates. 

Y aquí es donde interviene el estilo de vida, y en primer lugar la forma en que te alimentas. 

El cuerpo necesita unos requisitos esenciales para poder funcionar; cuando esos requisitos se alteran empieza a fallar y a deteriorarse. Lo sabemos en relación con las plantas que tenemos en nuestras macetas o con los vegetales de nuestro huerto, si tenemos esa suerte. 

Humedad, temperatura, riego, tipo de tierra, luz... Nosotros, los humanos, lo hemos alterado todo, y no nos damos cuenta de ello porque hemos nacido en una familia, en una sociedad ya alterada y lo hemos asimilado como normal. 

Nos hemos adaptado a un estilo de vida apartado de la naturaleza que nos ha formado, esa naturaleza que nos ha ido forjando a través de miles de millones de años, desde que apareció la vida, la primera célula, nos ha construido, constituido en función de sus propias sustancias y características. 

Hemos cambiado aquello, por lo cual, somos lo que somos en la actualidad, enfermos. Hemos cambiado los fundamentos de la vida y pagamos las consecuencias a un precio muy alto.  

Ese cambio que hemos introducido en el ambiente y en nuestros hábitos, se sostiene y perpetúa, porque en función de ellos se han creado fuentes de ingresos económicos, riquezas inmensas que se auto alimentan de sus beneficios y uso. 

Se sostiene también porque el ser humano se aferra a sus hábitos y costumbres, le resulta cómodo y le da seguridad y placer. Se sostiene porque nos tragamos toda la propaganda, dirigida a vender y obtener beneficios económicos. 

Realmente no nos damos cuenta de la multitud de cambios que hemos introducido en la forma de vivir del ser humano, ni de las alteraciones o perturbaciones que originan.

A la vuelta de los años, se descubren las consecuencias negativas de los nuevos estilos de vida; pero cuando ya se han producido importantes daños. 

La transformación negativa de nuestros hábitos ha creado una pandemia mortífera, y no porque lo diga yo, lo proclama la Cumbre Temática de las Naciones Unidas: 

“Las enfermedades no transmisibles causan el 63% de las muertes”. "Estamos ante la globalización de un estilo de vida no saludable", dice la OMS  “Se pueden salvar millones de vidas al año”. Es lo que las Naciones Unidas dice que podría conseguirse si los Gobiernos se comprometen y adoptan simples iniciativas preventivas de enfermedades no transmisibles, como las dolencias cardiovasculares y respiratorias, la diabetes o el cáncer. Causan entre todas el 63% de los 58 millones de muertes que ocurren al año en el mundo, según datos presentados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
El cáncer es más letal que el VIH, la malaria y la tuberculosis juntos. Solo el cáncer mata a 7,6 millones de personas al año. A estos se le suman 17 millones por infartos u otras enfermedades cardíacas, o los 1,3 millones por diabetes. Otro dato más: nueve millones de personas fallecen por una enfermedad no contagiosa antes de llegar a los 60 años.
"Es una situación de emergencia a cámara lenta", advirtió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su llamamiento a la colaboración.Como dijo Ban, esta vez no se trata de combatir un virus o un germen, sino de atajar "malos hábitos" de las sociedades modernas que pueden afrontarse con medidas no muy costosas y de una forma preventiva. Las estadísticas, señaló, "son alarmantes". Y se refirió al 17% de incremento de muertes previsto para la próxima década.Margaret Chan, directora general de la OMS, reiteró que esta primera reunión "debe ser un toque de atención" para los Gobiernos. "Sabemos lo que se avecina", dijo. "La ignorancia y la inercia deben ser relevadas por acciones concretas sin esperar", para combatir lo que calificó como "la globalización de un estilo de vida no saludable". Un simple cambio en el estilo de vida, añaden los expertos, es suficiente para reducir significativamente el riesgo. La OMS habla de que pueden salvarse 30 millones de vidas en una década. (Extraído de "Cumbre de las Naciones Unidas", publicado en este blog)

El estilo de vida, la forma en que nos alimentamos, no solo preserva de las enfermedades y sobre todo da capacidad óptima física y mentalmente, sino, que además, es lo más eficaz que existe para recobrar la salud, pues la inteligencia  del cuerpo sabe qué hacer, cuando se le aporta lo que necesita, el buen alimento, frutas, nueces, verduras, cereales... y a continuación me remito al estudio Predimed. 

El estudio Predimed, financiado con fondos públicos del Instituto Carlos III, es uno de los mayores estudios realizados en España y Europa, en el que han participado 7.447 voluntarios de ambos sexos con edades comprendidas entre 55 y 88 años, durante 5 años,  y con algún riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como fumar, tener alto el colesterol o la presión arterial, y tener exceso de peso. En el estudio han participado 19 grupos científicos españoles. 
Una de sus conclusiones principales es que es más importante la totalidad del patrón alimentario mediterráneo que cada componente por separado. La dieta mediterránea empleada ha consistido en el uso abundante de aceite de oliva virgen, frutos secos, verduras, frutas, legumbres y pescado. Se debe reducir en cambio el consumo de carnes rojas y procesadas, bebidas azucaradas, bollería industrial, postres dulces y mantequilla. Se admite un moderado consumo de alcohol en forma de vino con las comidas. Con este patrón se ha logrado reducir en un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular, comparativamente a un grupo control. 
Hay indicios además de que esta dieta mediterránea puede ser útil para la prevención de la diabetes, la obesidad abdominal y otras patologías.
En definitiva, el Profesor  Martinez destacó que somos lo que comemos, y que pocas cosas son tan importantes en la vida como cuidar lo que elegimos para llevar una alimentación saludable.
La dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen o frutos secos como las nueces, avellanas y almendras, es más eficaz que las dietas bajas en grasas de todo tipo recomendadas para prevenir patologías cardiovasculares. Un efecto que no logran alcanzar muchos fármacos utilizados para controlar las patologías cardiovasulares. Esta es la principal conclusión del estudio español “Prevención con Dieta Mediterránea”, Predimed, que recoge el “New England Journal of Medicine”, una de las publicaciones más prestigiosas entre los médicos. (Estraido del estudio Predimed, publicado en este blog)

No podemos perder de vista que somos una unidad de lo múltiple, y son importantes cada parte y el todo, no puede haber salud si no se atiende a la totalidad. 

Es un error llamado al fracaso, cuando se aplica un medicamento, sea natural o no, para modificar una causa. El verdadero y eficaz tratamiento debe ser natural y múltiple: el estilo de vida.

"No hay enfermedades sino enfermos" es el planteamiento hipocrático. 

Existe un única enfermedad: la falta de salud. 

Y se cura caminando hacia los orígenes, hacia La Naturaleza. 

1 comentario:

  1. Una dieta adecuada, y hábitos saludables, implica salud. Si esto se extendiera, y la gente lo aplicara, habría más gente sana, y mejor calidad de vida.

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