Un nuevo paradigma está naciendo en nuestra sociedad.
Es una visión de una realidad que se oculta tras las apariencias que captan
nuestros sentidos, la célula.
La
representación mental de la realidad cambia de una época a otra. También es
distinta en lugares diferentes. Aún dentro de la misma sociedad según al
estamento social en que te relaciones.
La invención de la imprenta, la
radio, la televisión, internet,
y sobre todo este último, ha disparado la forma, la intensidad, la realidad y
cantidad de la información, poniéndola al alcance de multitudes.
Por otro lado, los centros de
investigación se han multiplicado de forma exponencial en una vertiginosa
carrera por alcanzar nuevos conocimientos y aplicaciones.
Los cambios cada vez son más
rápidos, las aportaciones a las diferentes disciplinas crecen formando un gran
acervo de datos. Los libros se vuelven viejos apenas salen de la imprenta, todos
miramos a internet como la forma más rápida de obtener la novedad al día. Se
impone la especialización cada vez más dividida en ramas que puedan ser
dominadas por los estudiantes. Se pierde la visión de conjunto y la síntesis
cada vez se vuelve más difícil.
Ante este panorama se hace necesario
no perder de vista lo esencial, tenemos que volver la mirada hacia lo sencillo,
sin perder de vista la evolución y aportación de nuevas investigaciones,
descubrimientos y conocimientos.
La transformación del hábitat de
gran parte de la humanidad en una urbe de asfalto ha alejado la naturaleza de
los seres humanos, los seres humanos viven de forma antinatural. El sedentarismo,
el aire que respira, lo que come, etc., ha provocado el aumento de las
enfermedades crónicas y degenerativas.
El paradigma que hace
frente a esa epidemia de falta de salud es oponer remedios que combatan a la
enfermedad. Y peor aún, no modifican los comportamientos insanos de la
población. Este paradigma produce dolor y lesiones. Lo mantiene una mayoría que
no está dispuesta a sacrificar sus malos y deseados hábitos insanos, no
cambiará más que para una minoría.
El sistema sanitario que hace
frente a la mala salud ha creado un inmenso entramado asistencial y económico
que se nutre y crece con el aumento de la enfermedad, produciendo un gasto
insostenible para las economías estatales y astronómicos beneficios económicos a
la industria del sector.
Los paradigmas se forman
de complejas estructuras sociales que interaccionan entre ellas y se
transforman lentamente, agricultura, sistemas, poderes económicos, clases
sociales, entidades productivas, de servicio, transformación, políticas,
centros de investigación, iglesias, militares, opinión, comunicación, juglares,
escritores, folclores, teatro, pueblo…, forman un magma que se transforma y según
la fuerza de cada elemento constituyente cambian.
Se descubre la célula. Los
primeros conocimientos sobre la célula datan de 1665, fecha en
que Robert Hooke publicó los resultados de sus observaciones sobre tejidos vegetales.
Desde entonces muchos miles de investigadores han ido aportando conocimientos
sobre la célula. La fisiología de la célula es cada vez más conocida. La
microbiología sustenta a la anatomía que pueden ver nuestros ojos. Lo invisible
se impone a lo visible.
Hay un argumento fuerte que emana
de multitud de áreas de investigación de todo el mundo: “las células cuando
no pueden transformar y eliminar sus deshechos, su basura, enferman y mueren”,
y así se formarán todas las enfermedades crónicas y degenerativas.
Los pueblos naturales no
consumen tanto alimento como los pueblos civilizados y su alimento es
fresco y natural. Se ven obligados al ayuno por la escasez de alimentos, eliminando
de esta forma la basura de sus células. No sufren las enfermedades de
nuestra civilización.
Los experimentos señalan que
cuando se interrumpe el ayuno en los animales de experimentación no pueden
eliminar sus deshechos enferman y mueren. Son necesarios niveles basales
bajos de nutrientes, glucosa y aminoácidos especialmente, para que se produzca
la autofagia durante el ayuno.
Cuando se ayuna diariamente
durante las horas suficientes, (16-24 horas), ponemos a trabajar en beneficio
de la limpieza celular a cien mil millones de células del corazón, del
cerebro, del hígado, de los huesos, de los riñones…, así se mantiene el cuerpo
saludable y con eficacia en todas sus funciones y por consiguiente libre de
enfermedades crónicas y degenerativas. Este trabajo no se puede superar por
ninguna terapia.
Cada vez más, se ven los ejemplos
de miles de investigaciones en este sentido y poco a poco van calando en la
sociedad, informando al público en general y a los distintos estamentos que
tienen poder de ejecución en los pueblos de la tierra.
Poco a poco, lentamente, pero con
firmeza y constancia el paradigma de curar va cambiando por el de crear
formas de vida saludable que contengan el ayuno, la comida sana, la
actividad física, el descanso, la reflexión, la buena educación… Pero: “todos
son los llamados y pocos los elegidos” diría un hombre sabio de principio de
nuestra Era.
El Naturismo Vegetariano ha trabajado,
trabaja y seguirá trabajando por la vida sana.
Recomiendo leer mis 3 últimos
posts que hablan de este tema de la autofagia.
16/10/2021
Juan Carbonell del Pino
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