Sigo interesado en los procesos de la autofagia y en su
interrupción, porque veo que en ello radica gran parte de la salud y gran parte
de las causas de enfermedad.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJva2Lr9tuJyhjUn6RmNhJwbr7hXWNHZAXkBMd6mV9q9AB2cbd_vJSORLvNhkv4BnNY8O9brSw9KoHFxbwKRx-HZNgcrnaVOaPlFtBrFYxdQaOZ9dXZN7qJgJgvA7n2D4sKb6uX4LSgYk/s0/Nueva+imagen+de+mapa+de+bits+%252855%2529.jpg) |
Yoshinori Oshumi |
Las
investigaciones actuales son como una nueva versión del naturismo más clásico:
la depuración orgánica. Me veo andando el mismo camino del naturismo,
pero esta vez de la mano del investigador moderno.
El trabajo que sigue me ha parecido
sumamente interesante y por ello lo publico en mi blog, para haceros partícipes
de su contenido. Pero antes os traigo un recuerdo para retomar el tema. Dejo los
enlaces por si queréis ir a la publicación.
file:///C:/Users/usuario/Desktop/Autofagia/El%20reciclaje%20celular%20se%20lleva%20el%20Premio%20Nobel%20de%20Medicina%202016.html
“Se
concedió el Nobel de medicina 2016 al japonés Yoshinori Oshumi por sus descubrimientos
sobre los mecanismos de autofagia, que permiten a nuestras células devorar
partes de sí mismas. Así eliminan bacterias y virus, obtienen combustible y
degradan material dañado por el envejecimiento. Este proceso, que se relaciona
con enfermedades como el párkinson y el cáncer.
El concepto de autofagia, una
especie de ‘autoalimentación’ celular, surgió durante la década de 1960, cuando
los investigadores observaron por primera vez que la célula podría destruir sus
propios contenidos encerrándolos en membranas y formando vesículas que eran
transportadas a un compartimiento de reciclaje, llamado lisosoma, para su
posterior degradación.
Gracias al
actual premio Nobel y al resto de investigadores que siguieron sus pasos, hoy
sabemos que la autofagia controla importantes funciones fisiológicas en los
cuales los componentes celulares necesitan ser degradados y reciclados.
Después de una infección, la
autofagia puede eliminar la invasión de bacterias y virus intracelulares.
Además, contribuye al desarrollo embrionario y la diferenciación celular.
Las células
también utilizan este proceso para eliminar proteínas y orgánulos dañados, un
mecanismo de control de calidad fundamental para contrarrestar las
consecuencias negativas del envejecimiento.
Así, un mecanismo
de autofagia interrumpido se ha relacionado con párkinson, diabetes tipo 2 y
otros trastornos que aparecen en ancianos. Las mutaciones en sus genes pueden
causar también enfermedades genéticas. Asimismo, las alteraciones en su
maquinaria se han relacionado con el cáncer. En la actualidad, se está
investigando para desarrollar fármacos que puedan dirigirse a la autofagia en
diversas patologías…”
Como considero el tema de suma importancia, recopilaré algún
otro trabajo que publicaré aquí en próximas fechas.
Os dejo ahora con:
https://www.medicinabuenosaires.com/volumen-77-ano-2017/volumen-77-ano-2017-no-4-indice/autofagia-una-estrategia-de-supervivencia-celular/
AUTOFAGIA,
UNA ESTRATEGIA DE SUPERVIVENCIA CELULAR
MEDICINA BUENOS AIRES > Volumen 77 Año 2017 > Volumen 77 Año 2017 – Nº 4 índice > AUTOFAGIA, UNA ESTRATEGIA
DE SUPERVIVENCIA CELULAR
MÓNICA A.
COSTAS, MARÍA F. RUBIO
Laboratorio
de Biología Molecular y Apoptosis, Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo
Lanari, IDIM-CONICET, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires
“Resumen La autofagia es un proceso de
reciclado de partes de la célula. Como se describe en esta revisión,
ocurre
naturalmente preservando a las células de la acumulación de toxinas, moléculas
y organelas dañadas y además permite los procesos de desarrollo y
diferenciación de los tejidos. En el transcurso de la autofagia, el
procesamiento de los sustratos a reciclar genera ATP, lo que constituye una
fuente alternativa de energía en situaciones de estrés. En este sentido, bajo
condiciones hostiles como hipoxia o falta de nutrientes, el proceso puede
dispararse de modo exacerbado llevando a la muerte celular. Algunas
alteraciones en su funcionamiento pueden involucrar el desarrollo de diversas
patologías, tales como el daño hepático, el cáncer y las enfermedades
neurodegenerativas.”
Palabras
clave: autofagia,
mTOR, supervivencia celular
Dirección
postal: Dra. Mónica
A. Costas, Laboratorio de Biología Molecular y Apoptosis, Instituto de
Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, IDIM-CONICET, Facultad de Medicina,
Universidad de Buenos Aires, Combatientes de Malvinas 3150, 1427 Buenos Aires,
Argentina
e-mail:
mcostasra@hotmail.com
“Los
organismos subsisten y se preservan naturalmente combatiendo patógenos y enfermedades
a través de sistemas que funcionan en equilibrio homeostático. Tal es el caso
del sistema inmunológico y el endocrino, que utilizan células especializadas y
mediadores químicos como los anticuerpos y las hormonas.
El individuo
debe enfrentar permanentemente daños a sus células y tejidos debido no solo a
señales del entorno sino también al deterioro propio de la madurez y el
envejecimiento. Así es que el organismo posee mecanismos para protegerse de las
células dañadas, ya sea deshaciéndose de ellas o bien impidiendo que se
propaguen, de modo de evitar una descendencia de células portadoras de errores
y mutaciones que podrían derivar en estados patológicos.
Entre los
mecanismos que suprimen la existencia de células dañadas, perjudiciales para la
salud o innecesarias para el correcto funcionamiento de los aparatos y
sistemas, se encuentra la “apoptosis”, un proceso de muerte celular
altamente controlado en el cual esa célula se sacrifica para preservar al
tejido, órgano o individuo…
Otro
mecanismo, la “senescencia”, evita la propagación de mutaciones
acumuladas en las células en los sucesivos ciclos de replicación debido ya sea
a señales tóxicas o al propio acortamiento telomérico que ocurre en cada ciclo
celular3-6. Además, las células no pueden replicarse indefinidamente. Más allá
de los daños y las mutaciones acumulados en la vida, el mencionado acortamiento
de los telómeros causa errores de replicación comprometiendo material genético
que codifica para funciones vitales. En la senescencia, las células no mueren,
solo se detiene su ciclo de división celular de modo irreversible, evitando
dejar progenie con errores7. Si bien siguen activas metabólicamente, cambian su
patrón de expresión génica produciendo otros factores y proteínas diferentes a
las que producen en su estado nativo original8.
Autofagia
es el reciclado de
organelas y moléculas dañadas.
Tanto la
degradación de glucógeno para producir glucosa, como el catabolismo lipídico
para la producción de glicerol y ácidos grasos son ineficientes si las células
tienen el defecto metabólico de no poder realizar autofagia. Las reservas se
agotan rápidamente en un catabolismo acelerado y, al no poder mantener los
niveles circulantes de glucosa, los animales mueren rápidamente por
hipoglucemia, daño hepático y neurodegeneración35. Por lo tanto, la autofagia,
además de una respuesta al estrés, es un proceso requerido normalmente para
mantener la homeostasis (auto equilibrio) en el metabolismo.
Conclusiones
En la
mayoría de las células, la autofagia se produce a niveles basales bajos,
(Basal, BIOLOGÍA
[metabolismo] “Que se
produce en un organismo durante el reposo y el ayuno”), pero a menudo bajo condiciones como
el estrés, aumenta para mantener la supervivencia celular, como una respuesta
citoprotectora esencial. De acuerdo con lo expuesto en esta revisión, las
alteraciones del proceso autofágico están implicadas en la fisiopatología de
cardiomiopatías, enfermedades infecciosas, enfermedad de Crohn y trastornos
neurodegenerativos19, 38…”
Si somos eficaces con una alimentación saludable,
vegetariana, con abundancia de alimentos crudos y periodos largos de descanso
digestivo, (ayuno) nos aseguramos la buena salud y la recuperación si nos
falta.
Es imprescindible estar atentos a
todo lo que es importante para que podamos seguir con nuestra vida y el
trabajo, en un estado aceptable o bueno de salud, eludiendo los martirios que
acompañan a las disfunciones orgánicas y psíquicas.
Vigilantes
del camino, contemplad, que tiene muchas incidencias, recovecos, placeres,
trampas… la atención ya es en sí misma la plenitud. El estado del guerrero.
3 de octubre
de 2021
Juan F.
Carbonell del Pino