jueves, 8 de agosto de 2013

Realidad - 28





El que mira ve su realidad, proyectada y mezclada con algunos datos del entorno que le rodea.

El que mira capta lo que sus sentidos le permiten, tamaño, velocidad, color...

No pudimos captar las células, hasta que se inventó el microscopio; aún más difícil, captar las moléculas, captar los átomos, captar los neutrinos... podemos ver solo una parte del espectro de luz, nada por encima del violeta, nada por debajo del rojo.

Nos empeñamos en no creer en los microbios, costó mucho que fuera admitido por la clase médica del siglo XVIII, lo que fue visto un siglo antes, costó muchas vidas, pues la asistencia a los partos se hacia sin que los médicos se lavaran después de atender a muertos infectados.


Nuestros complejos de inferioridad nos hacen aferrarnos a la idea de que sabemos, o peor, que lo que sabemos es cierto, de forma absoluta.

No damos paso a lo nuevo porque nuestros ojos no dejan de mirar lo viejo. Porque estamos anclados en lo atávico, en lo antiguo, en lo conocido.

Le tenemos miedo a la incertidumbre, cuando es la mejor de las luces... la que nos aproxima a lo que es.

¿Cuántas cosas no vistas nos aguardan aún?
Muchas más que las conocidas.

Pero... ¿quién se atreve a vivir en la incertidumbre?

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