El espíritu del hombre necesita contemplar,
el cielo estrellado,
un atardecer,
un paisaje lleno de arboleda,
un mar...
Tenderse en la yerba y admirar,
el cielo, las nubes, los pájaros...
Perderse en la profundidad
del horizonte marino.
Volar entre las nubes.
Unirse
a una bandada de pájaros.
y acariciar las ramas de los árboles,
los picos de las montañas,
sentir la nieve,
oler la jara, la salvia, el jazmín...
Cansado está ya de la prisión de la mente,
de las preocupaciones, de los miedos,
de la apariencia, del que dirán,
del querer conquistar
una posición, un rango, un estatus...
El miedo a la muerte...
Solo tienes que abrir la puerta,
frotar la lámpara
y como el genio de Aladino,
liberarte.
Eres mucho, pero no lo sabes.
No tienes nada que temer.
Acepta tus temores
y sumérgete en el todo.
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