sábado, 6 de noviembre de 2021

Estilo de Vida

 

El estilo de vida que produce beneficios

 

Un 20% de las muertes por Covid son consecuencia de un fallo del sistema inmunológico, según un estudio. Un porcentaje aún mayor por complicaciones con patologías que se agravan en interacción con el virus. 

Los niños y jóvenes tienen un sistema inmunológico que les protege del coronavirus. Con el paso de los años la mala alimentación va dejando acumulaciones en las células que interfieren con su correcto funcionamiento. 

La autofagia es la que realiza la limpieza celular. Cuando se come, al aumentar la concentración de glucosa o aminoácidos, se para.

¿Cuántos fallos en la fisiología tienen los cuerpos de los habitantes de las naciones evolucionadas por su estilo de vida?

Nuestra falta de salud provoca desastres como el Covid. Si nuestra salud fuera buena los síntomas graves y las muertes no se hubieran dado en un porcentaje tan alto. Los sufrimientos y desastres económicos serían mucho menor.

                Buena parte de la población se contagió, pero los que tenían mejor salud no sufrieron los síntomas graves y su padecimiento fue leve, algunos ni se enteraron de que tenían Covid.

                Personas ya lesionadas en su salud por patologías previas y variadas han sufrido los efectos devastadores de la epidemia; también los ancianos cuyo estado de salud no estaba bien conservado.

                Seguimos observando los datos de las enfermedades crónicas. Vemos que sus porcentajes van en aumento. Incluso el número de cánceres infantiles aumenta, lo que pone de manifiesto que estamos trasmitiendo debilidades a las generaciones que procreamos.


                Lamentablemente, los padecimientos mentales, los suicidios y las acciones criminales son exponentes del deterioro que sufren los cerebros de las sociedades desarrolladas.

Remarcamos que el sistema nervioso está formado por células, las neuronas. Las proteínas Tau y beta-amiloide se acumulan sobre las neuronas en forma de ovillos y dificultan su correcta funcionalidad y finalmente las mata.

                Con los años de malos hábitos crece el deterioro en las facultades de los cuerpos y las mentes, produciendo consecuencias indeseables en su funcionalidad. Disfunciones que provocan falta de capacidad en los sistemas físicos y psicológicos, pariendo una sociedad de enfermos cada día más numerosa. Estos hombres y mujeres tienen mermada su capacidad para dirigir eficazmente los puestos que ocupan en la sociedad. Ya sean padres, educadores, sanitarios, jueces, políticos… no están libres de esta pandemia de falta de salud. Sus acciones estarán impregnadas de sus mermas.

                Es imprescindible llevar una higiene en la alimentación para tener a punto todas las cualidades de las que ha sido dotado el ser humano.

La base de la alimentación debe estar compuesta por alimentos vegetales, frutas, ensaladas, verduras poco hechas, nueces, encurtidos, aceite de oliva, cereales integrales en forma de grano, pasta o pan, legumbres, huevos… que contienen todos los nutrientes que los seres humanos necesitamos y no van a producir acumulaciones indeseables en las células como las que produce el consumo abundante de organismos animales.

                El vegetariano es aquel que ha decidido obtener todos los nutrientes que necesita su cuerpo directamente del mundo vegetal, que son los únicos capaces de obtenerlos de la tierra y del sol, a través de la fotosíntesis, son los seres vivos autótrofos. Sin necesidad de engordar al animal para después matarlo y comerlo.

Consumir al vegetal directamente resulta una eficacia 20 veces mayor que la que se obtiene a través del consumo animal. Sin producir sufrimientos ni gases de efecto invernadero.

El no vegetariano, el omnívoro que consuma algo de aves y pescado con un consumo alto en alimentos vegetales, obtendría también beneficios para la salud, como lo ha demostrado el experimento Predimed con la Dieta Mediterránea.

Junto a la alimentación sana es imprescindible también el descanso digestivo, el ayuno diario, dejar 16 horas sin ingesta de alimentos. La última comida del día se haría a las 6 de la tarde y la primera a las diez de la mañana. Un caldo de verduras a las 19 h no rompe el ayuno. El ayuno de 22 horas, es más difícil de llevar, pero muy interesante cuando se quiere conseguir mejorías notables en problemas importantes.

Desde luego no puede faltar el ejercicio físico, el tiempo de meditación, contemplación, lecturas, las buenas relaciones sociales, crear, dormir suficiente, no odiar...

Igual que estamos apegados a lo insano, nos podemos acostumbrar a lo saludable,  y así nos beneficiamos y contribuimos al bienestar de la humanidad.

Juan Francisco Carbonell del Pino

 

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