miércoles, 8 de mayo de 2013

Humano y medio divino - 7


Hoy he mandado un correo a mi amiga Rocío, un correo y parte de mi corazón, medio humano y medio divino. Somos tan bellos, que no me extraña nada de que Dios esté hecho a nuestra imagen y semejanza.


Hola Rocío, 

Todos guardamos en la habitación de los trastos, un montón de contenidos feos y conflictivos, contenidos que no queremos que asomen por el salón, normalmente esa habitación suele estar bien cerrada con la llave de nuestras compensaciones: éxitos, expectativas que se realizan felizmente, relaciones agradables..., pero cuando esto cambia a negativo, hasta por la ranura de la puerta, sale todo ese material pestilente que todos, absolutamente todos, guardamos. Entonces aparecen el "yo no valgo nada", "nadie me quiere", "para qué seguir viviendo"... 
El ser humano dedica toda su vida a compensar todo lo que guarda en esa habitación de los trastos, queremos triunfos, triunfos... , posesiones, adoradores, aduladores...; y así nos va. 
Si han puesto en nuestras manos algo tan valioso como el Ser, el psiquismo superior que poseemos, imagen y semejanza de Dios, según el génesis; es porque se necesita que sea liberado de los conflictos psicológicos que cada uno posee. Es la "princesa cautiva" que tiene que ser rescatada por el príncipe; o la bestia que tiene que ser amada por la bella; la princesa cautiva y el príncipe habitan dentro de cada uno de nosotros; igual que la bella y la bestia. 
Es necesario trabajar, no hay vuelta atrás ni salida, además de que probablemente seamos eternos, el trabajo siempre estará ahí.
Es necesario descubrir a la bestia, conocerla, comprenderla, aceptarla, amarla..., sí, amarla, para que se disuelva la bestia y recobre su valor real. 
El cuerpo se agota cuando tiene que soportar tensiones y conflictos, el sistema nervioso, como sistema celular físico, se derrumba, es necesario aportarle elementos nutritivos especiales. El metabolismo se desploma y la mayoría de los alimentos nos envenenan. 
Háblame de ti, todo... 
Tú eres lo más importante de la creación, eres portadora de altos valores universales; solo existes tú, no hay nada mayor, así de desvalida, así de, aparentemente, poca cosa. 
Míralo fríamente, no hay nada más importante que tú. Porque lo más importante es el ser humano libre. 
Todos decimos "yo", bastante acongojados, todos, todos... y estaremos pecando por creernos poca cosa. 
No existe nadie libre en este mundo. Todos salimos a la calle con nuestra máscara de apariencias. Nadie se da cuenta de que somos príncipes, que no necesitamos aparentar nada, si aceptamos el cuarto de los trastos. 
Yo estoy dispuesto para ti, porque eres lo más importante de este mundo.

Muchos besos.

Autor del texto: Juan Carbonell

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