viernes, 7 de junio de 2013

No quiere comer animales - 22


Este niño, en una conversación que sostiene con su madre, explica, expontáneamente, por qué no quiere comer animales.

Luis Antonio, portugués, apenas tiene 3 años.

¿Por qué algunos seres humanos reflexionan y otros no?
Es mi pregunta y no tengo respuesta.

2 comentarios:

  1. Tampoco tengo yo respuesta al por qué unos reflexionamos y otros no... pero sí puedo observar que desde pequeños se nos cuestiona por pensar aquello que no es normal, o simplemente es diferente a la mayoría.
    Si desde pequeños se nos explicase de donde viene el filete, la hamburguesa, los nuggets, salchichas, jamón etc, y se nos diera la posibilidad de cuestionarnos y elegir por nosotros mismos si queremos ingerir esa comida o no... el resultado sería diferente... Pero normalmente si un niño pequeño pregunta que si eso es del animalito que vió correr, o si viene de la gallina o el cerdito que el una vez vió en la granja, los padres suelen decir que no... que es otra cosa o de otro animal ya que saben que sus hijos son sensibles a los animales y no querrían comérselo si saben realmente lo que es...
    Me gustaría poner este tema a debate... ¿Les tenemos que decir a nuestros hijos desde el primer momento lo que están ingiriendo? ¿Tenemos que tener en cuenta su opinión y decisión aunque no sean mayores de edad? Ya que cuando un niño de 5 años te dice que no quiere comer animales... se suele pensar que el es muy pequeño para pensar y que su opinión no cuenta... que ya decidirá cuando sea mayor...

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  2. No respetamos al ser humano, pretendemos siempre imponer nuestro criterio. Ese niño es un ser humano independiente, más libre que nosotros, porque todavía no ha sido programado, debo ser muy cuidadoso con objeto de no hacerle daño, no contagiarlo con mi mente viciada, no imponerme porque él es más débil. Sea o no mi hijo, debo respetar su integridad y meditar mis acciones para con él. De ninguna manera es mío, aunque haya venido al mundo a través de mí. Si tengo autoridad sobre él, soy peligroso. Cualquier ser humano merece un respeto, pero si es un niño ese respeto debe ser aún más grande: no dañar, no mentir, no imponer... solo cuidar por su integridad, tanto física como mental y espiritual. Pero teniendo en cuenta que detrás de la puerta está el mundo, y este lo va a maltratar.
    Educar en la libertad y el uso de responsabilidad me parece el mejor bagaje para él.

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