viernes, 21 de octubre de 2022

 Ser.

Siempre estamos en paradojas, en conflictos que nos llevan y nos traen, como en un ring con los ojos vendados, y como si una multitud de boxeadores nos pegaran sin descanso.

Ser como una hoja llevada por el viento te transporta a una aventura…, a veces fresca y luminosa, a veces dura, solitaria y dolorosa…, siempre auténtica.

                Si te empeñas en ser algo diferente a los momentos que viven el viento y la hoja… posiblemente te agarres a un tiempo a un espacio, a un lugar, a una creencia, a un color…, pero te perderás las vivencias que mantienen el viento, la hoja y el mundo.


Si te empeñas en ser un espacio, un lugar, un color fuera de la luz blanca, no serás nunca ese espacio, ese lugar, ese color… solo que te empeñarás en serlo y, por lo que, tendrás que pagar duramente. En un color y en otro, quizás en cada uno de los siete colores de la luz blanca. Todos salen del mismo sitio, pero por separado no son la luz blanca, si bien esa luz los contiene a todos cuando están unidos son tu energía, tu plenitud, conforma todo tu ser.

Sólo la luz blanca te da una constante, y a la vez libertad.

Si la luz blanca es tu vehículo podrás viajar cómodamente por todo el universo, por todos los colores.

Si te sientes desgraciado por ser indeterminado sufrirás inútilmente y te perderás el gozo de no ser nada, la libertad de la indeterminación que te abre las puertas de todas las posibilidades del universo.

Estar y ser siempre en la luz blanca que contiene todos los colores, toda la energía de las estrellas. Allí, no siendo nada, lo puedes ser todo.

Si crees que no te aman, que no te valoran…, ámate, y únete al máximo valor, a esa luz blanca que habita en ti, y ama tú. A todo, a los buenos, a los malos, a los torpes, al paisaje, a las estrellas, a la vida…

No es fácil encontrar a personas que amen porque todas están apresadas en sus conflictos, en su miedo, en su dolor, en su confusión…, ama tú y así vivirás tu luz blanca, el “Tesoro escondido” en el interior de los hombres.

Juan F. Carbonell del Pino

 

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