El niño de hoy será el
hombre o la mujer de mañana.
Nuestra sociedad occidental se deteriora. El hombre se
empobrece en valores humanos y en salud, tanto física como psicológica.
Un adulto es un niño
que ha crecido. Si el niño recibe poco amor, poco respeto, muchas agresiones,
sufrimiento y frustraciones crece en la depresión, en el odio, en la ira, en la
desconfianza, en los celos…
Los periódicos están repletos de noticas que indican el grado
de deterioro: a diario leemos que hay agresiones en los colegios, a los
profesores, el acoso escolar, la delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción, el asesinato, los suicidios, la violencia machista, la discriminación,
la brutalidad, la corrupción, los religiosos que abusan de niños, la desigualdad…
Los que
cometen esas maldades son nuestros hijos, mejor dicho, hijos de la generación
de nuestros padres… mañana serán nuestros hijos, los de nuestra generación, los
que cometan atrocidades si no lo impedimos. Los que hoy despiertan nuestra
ternura mañana serán el reemplazo del terror. Esto hay que pararlo.
Cuando tenemos un hijo. Supone una gran alegría, nos llenamos de gozo y satisfacción.
Ya sea hembra o varón. ¿Pero estamos realmente preparados para educarlo
correctamente?
¿A qué
sociedad lo estamos empujando?
Según sea
nuestro comportamiento con él, así será el resultado: bueno o niño roto, hombre
roto.
A partir de
la concepción, la mujer es la responsable de su destino, del destino de su hijo
o hija. Está en sus manos que no sea un machista, un maltratador, un
delincuente, un suicida… está en tus manos el futuro de toda la sociedad.
Podemos llenarlo:
de seguridad
o de inseguridad
de amor, o
de desamor
de miedo o
de objetividad
de desprecio
o de afecto
de sentimiento
de culpa, o de confianza
de agresión
o de amor
de gritos o
de canciones
de desprecio
o de respeto
de
sometimiento o de tolerancia
de
esclavitud o de libertad
de peleas y
disputas o de armonía
de competitividad
o de participación…
Porque
estaremos empaquetando a nuestro hijo en nuestros propios pecados. Estaremos
convirtiendo a un ser que ha venido a través nuestra limpio y sano… en un ser
enfermo, odioso, desgraciado y que provocará daño a su vez
El estado corresponsable. interesado y obligado, por su
propia razón de ser, el estado tiene la obligación de cuidar de los ciudadanos.
Debe poner los medios necesarios. Es necesario que la sociedad, el estado en su
nombre, se haga cargo una vez que la mujer se ha quedado embarazada. Necesita
una vivienda, sustento suficiente, orientación, formación…
He soñado que la sociedad, el
estado en su nombre, ponía a disposición de la mujer embarazada, una vivienda digna, un
sueldo, si no tiene trabajo, hasta que el niño cumpliera por lo menos los tres
años, o una excedencia pagada en su trabajo. De 3 a 6 años, la liberaba de
media jornada laboral.
Como
contrapartida, se le exigiría a la mujer, si acepta, que asista a cursos que se
establecieran sobre cuidados maternales, de alimentación, de pedagogía, de la psicología
intelectual y emocional del niño, etc.
Se pondrán
en marcha los recursos sociales necesarios para estudiar el entorno. Se
establecerá un curso de asistencia semanal para parejas. Padres y
madres deben aprender la óptima convivencia en la pareja y sus repercusiones
sobre los niños.
Como consecuencia
disminuiría el paro, al ser cubiertas las excedencias de las mujeres por
maternidad.
Habría mejor
salud y menor gasto sanitario, gracias a la formación que sobre alimentación
recibiera la madre; menos delincuencia, que se produce por la mala crianza;
menos suicidios, al recibir el niño las atenciones, la escucha, el afecto;
menos acoso escolar, al no recibir el niño acoso familiar; menos maltrato
machista, al ser criado con afecto, templanza y en igualdad, con más respeto a
los demás y amor a la naturaleza… La sociedad sería algo bien distinto.
¿Mucho costo
económico? Es un coste barato en relación con el beneficio. Además, habría más
nacimientos que subirían la empobrecida natalidad española.
Si, ya sé
que es solo un sueño, pero si no hay sueños, no se pueden crear realidades.
Mientras los
sueños se hacen realidad, tenemos que prepararnos para ser padres. Esperar el
momento oportuno, creando una economía, ahorros, vivienda, formación y una
pareja sin cambios frecuentes de humor, sin celos, que no tenga ira, que no
haya sido dañado gravemente en su infancia, que no sea un maltratador…
comprobarlo. Mujer tu vida y la de tu hijo depende de eso. El maltratador ya
está cargado, se estructuró en su infancia, al menor movimiento brusco, la
carga que lleva explota y se convierte en un homicida. Es la próxima muerte por
violencia de género. ¿Quién puede desactivarlo?
Las
manifestaciones en la calle están muy bien para pedir justicia laboral, pero
eso no vale para nada si tu hijo no recibe la armonía, el amor y la seguridad
que necesita para una correcta evolución y maduración de su psiquismo. Para que
él no sea mañana un maltratador.
Tu eres el
filtro para que los maltratadores no entren en las familias y las destrocen.
Hay quien no debiera formar familia nunca. No le abras la puerta al maltratador
Desde el principio la vida eligió a la mujer. Para cuidar a todos los seres
humanos. Hombres y mujeres tienen que pasar por su matriz, ser amamantados,
queridos, atendidos, arropados, abrigados… La humanidad no puede existir sin
recibir su calor, su ternura, el latido de su corazón, los cantos, las mecidas,
la sonrisa, los arrullos, la paciencia, la inteligencia, el respeto… la
humanidad no es sino por ser educados y cuidados por la madre… la humanidad es
gracias a su madre: la mujer.
Mujer:
dedícale más tiempo y atenciones afectivas a tu hijo, él, el mundo y el cielo,
te lo agradecerán.
UNA INFANCIA FELIZ PRODUCE SERES HUMANOS
PLENOS
UNA INFANCIA INFELIZ PRODUCE SERES
HUMANOS ROTOS
UN ADULTO ES UN NIÑO QUE HA CRECIDO