martes, 15 de enero de 2019

El niño de hoy, el hombre de mañana


El niño de hoy será el hombre o la mujer de mañana.

Nuestra sociedad occidental se deteriora. El hombre se empobrece en valores humanos y en salud, tanto física como psicológica.


Un adulto es un niño que ha crecido. Si el niño recibe poco amor, poco respeto, muchas agresiones, sufrimiento y frustraciones crece en la depresión, en el odio, en la ira, en la desconfianza, en los celos…  


Los periódicos están repletos de noticas que indican el grado de deterioro: a diario leemos que hay agresiones en los colegios, a los profesores, el acoso escolar, la delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción, el asesinato, los suicidios, la violencia machista, la discriminación, la brutalidad, la corrupción, los religiosos que abusan de niños, la desigualdad…


Los que cometen esas maldades son nuestros hijos, mejor dicho, hijos de la generación de nuestros padres… mañana serán nuestros hijos, los de nuestra generación, los que cometan atrocidades si no lo impedimos. Los que hoy despiertan nuestra ternura mañana serán el reemplazo del terror. Esto hay que pararlo.

Cuando tenemos un hijo. Supone una gran alegría, nos llenamos de gozo y satisfacción. Ya sea hembra o varón. ¿Pero estamos realmente preparados para educarlo correctamente?

¿A qué sociedad lo estamos empujando?
Según sea nuestro comportamiento con él, así será el resultado: bueno o niño roto, hombre roto.

A partir de la concepción, la mujer es la responsable de su destino, del destino de su hijo o hija. Está en sus manos que no sea un machista, un maltratador, un delincuente, un suicida… está en tus manos el futuro de toda la sociedad.

Podemos llenarlo:

de seguridad o de inseguridad
de amor, o de desamor
de miedo o de objetividad
de desprecio o de afecto
de sentimiento de culpa, o de confianza
de agresión o de amor
de gritos o de canciones
de desprecio o de respeto
de sometimiento o de tolerancia
de esclavitud o de libertad
de peleas y disputas o de armonía
de competitividad o de participación…
Porque estaremos empaquetando a nuestro hijo en nuestros propios pecados. Estaremos convirtiendo a un ser que ha venido a través nuestra limpio y sano… en un ser enfermo, odioso, desgraciado y que provocará daño a su vez

El estado corresponsable. interesado y obligado, por su propia razón de ser, el estado tiene la obligación de cuidar de los ciudadanos. Debe poner los medios necesarios. Es necesario que la sociedad, el estado en su nombre, se haga cargo una vez que la mujer se ha quedado embarazada. Necesita una vivienda, sustento suficiente, orientación, formación…


He soñado que la sociedad, el estado en su nombre, ponía a disposición de la mujer embarazada, una vivienda digna, un sueldo, si no tiene trabajo, hasta que el niño cumpliera por lo menos los tres años, o una excedencia pagada en su trabajo. De 3 a 6 años, la liberaba de media jornada laboral.
Como contrapartida, se le exigiría a la mujer, si acepta, que asista a cursos que se establecieran sobre cuidados maternales, de alimentación, de pedagogía, de la psicología intelectual y emocional del niño, etc.
Se pondrán en marcha los recursos sociales necesarios para estudiar el entorno. Se establecerá un curso de asistencia semanal para parejas. Padres y madres deben aprender la óptima convivencia en la pareja y sus repercusiones sobre los niños.

Como consecuencia disminuiría el paro, al ser cubiertas las excedencias de las mujeres por maternidad.
Habría mejor salud y menor gasto sanitario, gracias a la formación que sobre alimentación recibiera la madre; menos delincuencia, que se produce por la mala crianza; menos suicidios, al recibir el niño las atenciones, la escucha, el afecto; menos acoso escolar, al no recibir el niño acoso familiar; menos maltrato machista, al ser criado con afecto, templanza y en igualdad, con más respeto a los demás y amor a la naturaleza… La sociedad sería algo bien distinto.
¿Mucho costo económico? Es un coste barato en relación con el beneficio. Además, habría más nacimientos que subirían la empobrecida natalidad española.

Si, ya sé que es solo un sueño, pero si no hay sueños, no se pueden crear realidades.
Mientras los sueños se hacen realidad, tenemos que prepararnos para ser padres. Esperar el momento oportuno, creando una economía, ahorros, vivienda, formación y una pareja sin cambios frecuentes de humor, sin celos, que no tenga ira, que no haya sido dañado gravemente en su infancia, que no sea un maltratador… comprobarlo. Mujer tu vida y la de tu hijo depende de eso. El maltratador ya está cargado, se estructuró en su infancia, al menor movimiento brusco, la carga que lleva explota y se convierte en un homicida. Es la próxima muerte por violencia de género. ¿Quién puede desactivarlo?

Las manifestaciones en la calle están muy bien para pedir justicia laboral, pero eso no vale para nada si tu hijo no recibe la armonía, el amor y la seguridad que necesita para una correcta evolución y maduración de su psiquismo. Para que él no sea mañana un maltratador.

Tu eres el filtro para que los maltratadores no entren en las familias y las destrocen. Hay quien no debiera formar familia nunca. No le abras la puerta al maltratador

Desde el principio la vida eligió a la mujer. Para cuidar a todos los seres humanos. Hombres y mujeres tienen que pasar por su matriz, ser amamantados, queridos, atendidos, arropados, abrigados… La humanidad no puede existir sin recibir su calor, su ternura, el latido de su corazón, los cantos, las mecidas, la sonrisa, los arrullos, la paciencia, la inteligencia, el respeto… la humanidad no es sino por ser educados y cuidados por la madre… la humanidad es gracias a su madre: la mujer.

Mujer: dedícale más tiempo y atenciones afectivas a tu hijo, él, el mundo y el cielo, te lo agradecerán.

UNA INFANCIA FELIZ PRODUCE SERES HUMANOS PLENOS

UNA INFANCIA INFELIZ PRODUCE SERES HUMANOS ROTOS

UN ADULTO ES UN NIÑO QUE HA CRECIDO





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