viernes, 23 de mayo de 2014

Tóxicos en la madre, tóxicos en el hijo

No solo lavarse por fuera




El cuerpo entero se convierte en un basurero de sustancias provenientes del metabolismo de los alimentos, cuando se come mal y en exceso, y de los tóxicos ambientales.

De forma natural, y debido sobre todo a los cambios de las estaciones, los ecosistemas presentan épocas de abundancia de alimentos y épocas de escasez; con lo cual los seres vivos dependientes de ese entorno, se verían obligados a comer menos en las épocas de escasez e incluso ayunar, con lo cual el metabolismo del animal, o del ser humano, tendría que recurrir a las reservas que el cuerpo tiene en sus tejidos, glucógeno en el hígado, grasa en los adipocitos, proteínas en los músculos...
De esta manera el cuerpo se limpiaría de toda la toxemia acumulada, que estaba entorpeciendo su normal funcionamiento fisiológico, y en muchos casos, alteraciones importantes que podrían llamarse enfermedades de todo tipo.

El naturismo de todos los tiempos, siempre ha entendido, que la base de la salud, y la causa de todas las enfermedades, estaba en la acumulación de toxinas en el cuerpo, en el tejido intersticial, en el interior de las células de todos los tejidos, en las neuronas, tejido nervioso; en los adipocitos, tejido graso; en el hepatocito, tejido hepático, etc.

Desgraciadamente nunca tenemos escasez, nunca pasamos hambre, al contrario, cada vez comemos más y peor, además de que nuestro entorno reboza de tóxicos ambientales de diversa índole.

Los sistemas encargados de la salud de los ciudadanos, empeoran la situación, pues dan medicamentos tóxicos para oponerse a las enfermedades, aumentando la carga toxémica y provocando más disfunciones orgánicas, además de desviar la atención de la verdadera causa del problema: los tóxicos acumulados.

Los individuos van pasando de enfermedades agudas a enfermedades crónicas o a las enfermedades degenerativas; aumentando el número de enfermos en la población.

El naturismo, imitando a la naturaleza, propone una alimentación ligera y vegetal, que facilite la eliminación de los tóxicos acumulados y después de la depuración, mantenerse sanos con una dieta natural limpia y sin excesos, preferentemente vegetariana.

Cuando se inicia la depuración, el cuerpo entra en  crisis, pues se aumentan los tóxicos y grasas en circulación que van camino de los órganos emuntorios de eliminación, como son los riñones, el hígado, la piel...

Bien, pero todo esto forma parte de una cultura que no es la que ostenta la población mayoritaria.

Hay un hecho, para mi modo de ver y sentir, altamente injusto, insano, escandaloso...

Los hechos son que las mujeres que presentan cáncer de mama, presentan también acumulación de tóxicos ambientales en ellas.

Otro dato es que las mujeres que menos tóxicos presentan en sus pechos son las que han tenido hijos y les han dado de mamar a sus hijos.

¿Dónde están los tóxicos que tenían estas mujeres en su tejido graso?

El primer hijo libera a la mujer del 60% de sus tóxicos.

Los tóxicos pasan de madre a hijo durante la gestación y la lactancia. Lo que probablemente provocará en ellos la tendencia a padecer enfermedades desde la infancia.

El doctor Nicolás Olea, catedrático de la Universidad de Granada, y coordinador de investigación del Hospital Clínico. Dr. en biología y ontología, nos explica este último hecho, y otros, en su vídeo.

Si tuviéramos consciencia seríamos más respetuosos con el medio ambiente, con los demás y con nosotros mismos.

Valdría la pena hacer un sistema depurativo vegetariano y mantener después una dieta limpia, para todos y especialmente las mujeres que tienen el propósito de quedarse embarazada.

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